jueves, 23 de junio de 2016

CAPÍTULO CERO 

Torturando a su salvador

Beatriz, Pedro, Andrés, Inés y sus hijos, . 

La semana pasada hubo una reunión en su casa. Beatriz, Andrés, Pedro, Inés y sus dos hijos. Estaban sentados alrededor de una mesa redonda. Sobre esta había un paquete envuelto, café para los adultos, chocolate caliente para los niños y galletas.

- Sé que en algún momento se darán cuenta, ya no quiero tenerlo más – dice Inés.
- Inés no va a pasar nada, tranquila, su secreto con nosotros está muy bien guardado.
- No quiero que nada le pase a mi esposo, mi vida, mi capitán.
- Coronel, Inés, coronel. Nada le pasará.
- Estos videos pueden hacerle mucho daño, al igual que tú, pero confío que de ti, nadie sabrá nada.

Pedro se levanta, entra a su habitación, sale con un encendedor y coge kerosene de la cocina. En un tacho de basura metálico empiezan a botar los papeles que van rompiendo del paquete, desechan los videos y todos los documentos. Toma el kerosene, destapa la botella y echa hasta la última gota, toma el encendedor y todos observaban como poco a poco toda evidencia se hacía cenizas.

Inés y sus hijos se retiran, se sienten más tranquilos y seguros que jamás le sucederá nada a su querido esposo. El único que podía decir algo era Pedro pero tenía una promesa con la familia, él sería leal pase lo que pase. 

Beatriz y Andrés caminaban por la plaza, el césped estaba húmedo, pisos resbalosos, corría viento. Cae al piso, siente un dolor, cada vez más fuerte, como una punzada... Una punzada en el corazón y eterno dolor de cabeza.

- ¿Qué tienes, qué te está pasando?
- No lo sé. De repente me sentí mal, y sin darme cuenta caí...
- ¿Es la primera vez que sientes esto?
- Sí, pero no es nada, ya pasó. De seguro es por el frío.

Pedro caminaba hacia el trabajo, con una sonrisa en su rostro. Ya se había despedido de su esposa y Andresito. Los quería tanto, los amaba, significaban todo para él. Pero en ese momento sucedería algo que los alejaría para siempre. No volvería a verlos, ya no estarían más juntos.

Un auto negro, frena intempestivamente. Tres tipos bajan del auto, vestían pantalones cortos rojos, capuchas negras, llevaban alpargatas y una serie de tatuajes en las piernas, todos del mismo tipo, pero Pedro no lo había notado.

Lo llevan hacia un cuarto donde empiezan a golpearlo, No le explican nada de lo que pasa, ni el por que lo están haciendo.  Pedro solo permanecía en silencio. Igual no hablaría.


El capitán no sabe que sus familias se conocen, no tiene ni la más mínima idea que la persona que empezará a torturar para que le diga la verdad... Es la persona que le está salvando la vida.